jueves, 29 de enero de 2009

Fragmentos y Comentarios de "La Dama de las Camelias"


“Amigo mío, si yo fuera la señora duquesa de tal o de cual, si tuviera doscientas mil libras de renta, y siendo su amante, tuviese otro amante distinto de usted, tendría usted derecho a preguntarme por qué lo engañaba; pero, como soy la señorita Marguerite Gautier, tengo cuarenta mil francos de deudas, ni un céntimo de fortuna y gasto cien mil francos al año, su pregunta es ociosa y mi respuesta inútil.”
Margarita justifica la razón de sus engaños con la necesidad del dinero que el conde y el duque le dan para poder pagar sus deudas. Dice que necesita el dinero y que por eso lo debe engañar. Armando pide disculpas luego acordándose que él había aceptado estas condiciones.
”En una relación como la nuestra, si la mujer tiene aún un poco de dignidad, debe imponerse todos los sacrificios posibles antes que pedir dinero a su amante y ofrecer un aspecto venal a su amor. Tú me quieres, estoy segura, pero no sabes lo frágil que es el hilo que sujeta al corazón el amor que se siente por chicas como yo. ¿Quién sabe? ¡Quizá un día de mal humor o de aburrimiento lo imaginaras ver en nuestra relación un cálculo hábilmente combinado! Prudencia es una charlatana. ¡Para qué quería yo los caballos! Vendiéndolos, economizo; puedo pasarme sin ellos perfectamente y así no me gastan nada. Todo lo que te pido es que me quieras, y tú me querrás lo mismo sin caballos, sin cachemiras y sin diamantes”
Esto se lo dice Margarita a Armando cuando Armando le ofrece dinero para ayudarla con sus deudas. Margarita rechaza el dinero porque ama a Armando y no quiere que el dinero intervenga en su relación.
"«Armando, cuando lea esta carta, ya seré la amante de otro hombre. Así que todo ha terminado entre nosotros. Vuelva con su padre, amigo mío, vaya a ver a su hermana, joven casta, ignorante de todas nuestras miserias, y a su lado olvidará muy pronto todo lo que le haya hecho sufrir esa perdida que llaman Marguerita Gautier, a quien quiso usted amar por un instante y que le debe a usted los únicos momentos felices de una vida que ella espera que ya no será larga.»"
Margarita escribe esta carta a Armando muy triste e indignada. Lo hace después que el padre de Armando le pide a Margarita que deje a Armando y ella acepta.
”Está perdonada, puede decírselo. Es una buena chica, pero es una golfa, y lo que me ha hecho debía esperármelo. Hasta le agradezco su resolución, pues hoy 'me pregunto adónde nos hubiera llevado mi idea de vivir siempre con ella. Era una locura..”
Esto se lo dice Armando a Prudencia cuando hablan sobre Margarita. Se lo dice sintiendose indignado y decepcionado después de haber visto que al abandonar a Armando, Margarita había recuperado sus bienes y sus costumbres antiguas.
”No, no -me dijo casi con espanto-, seríamos muy desgraciados; yo ya no puedo valer para hacerte feliz, pero mientras me quede un soplo de vida seré la esclava de tus caprichos. A cualquier hora del día o de la noche que me desees, ven y seré tuya; pero no asocies más tu futuro con el mío: serías muy desgraciado y me harías muy desgraciada. Aún seré por algún tiempo una chica bonita: aprovéchate, pero no me pidas más”
Margarita pide clemencia a Armando quien está usando a Olimpia para darle celos a Margarita. Le dice a Armando que hará lo que él le pida y será su esclava por el resto de su corta vida. Le pide, sin embargo, que no asocie su futuro con el de ella.
”Volví a mi casa como un borracho, y ¿sabe lo que hice durante el minuto de delirio celoso que bastó para la acción vergonzosa que iba a cometer? ¿Sabe lo que hice? Me dije que aquella mujer estaba burlándose de mí, me la imaginaba en su tete-à-tête inviolable con el conde, repitiendo las mismas palabras que me había dicho por la noche, y, cogiendo un billete de quinientos francos, se lo envié con estas palabras:«Se ha ido usted tan de prisa esta mañana, que olvidé pagarle. Ahí tiene el precio de su noche.»"
Esto lo dice Armando a Margarita cuando se enoja con Margarita después de encontrarla con el conde. La noche antes la habían pasado juntos y ella le había dicho muchas cosas a Armando. Pero ahora Armando piensa que todo lo que dijo fue mentira y se lo estáa repitiendo al conde.
”Bueno, pues mi hija va a casarse. Se casa con el hombre que ama y entra en una familia honorable que quiere que todo sea honorable en la mía. La familia del hombre que será mi yerno se ha enterado de la vida que Armando lleva en París y ha manifestado que retirará su palabra si Armando sigue viviendo así. En sus manos está el futuro de una niña que no la ha hecho nada y que tiene derecho a contar con el futuro. ¿Puede usted y se siente con fuerzas para destrozarlo? En nombre de su amor y de su arrepentimiento, Marguerita, concédame la felicidad de mi hija.”
Esto se lo dice el papá de Armando a Margarita cuando le pide que deje a Armando por el bien de de el futuro de la hermana de Armando.
”Entonces te encontré a ti, joven, ardiente, feliz, y he intentado hacer de ti el hombre a quien llamaba en medio de mi ruidosa soledad. Lo que yo amaba en ti no era el hombre que eras, sino el que ibas a ser. Tú no aceptas ese papel, lo rechazas como indigno de ti; eres un amante vulgar; haz como los demás: págame y no hablemos más.”
Margarita le confiesa a Armando que lo acepto como amante como amante por ser el único que se compadeció de ella. Le atrae porque es diferente a los demás ya que él deverdad la ama.
”Me ha hecho prometer que le escriba cuando ella ya no pueda, y estoy escribiéndole delante de ella. Dirige sus ojos hacia mí, pero no me ve: su mirada está ya velada par la muerte cercana; sin embargo sonríe, y estoy segura de que todo su pensamiento y toda su alma están puestos en usted. Cada vez que alguien abre la puerta sus ojos se iluminan y siempre cree que va a entrar usted; luego, cuando ve que no es usted, su rostro recobra su dolorida expresión, queda bañado en un sudor frío, y sus pómulos se tiñen de púrpura.”
Esto lo escribe Julia Duprat a Armando cuando Margarita se encuentra enferma y moribunda. Le dice a Armando que el rostro de Margarita se ilumina cada vez que ve a alguien pasar por la puerta porque piensa que es Armando. Pero cuando ve que no es él recobra su dolorida expresión.

-Ale Sinnett-

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